martes, 15 de julio de 2008

"No soy una mujer escandalosa"
Mujer perfecta
Toscano pareciera no tener puntos débiles. En lo profesional, jamás se la criticó y lleva más de tres décadas de carrera. En lo personal, está casada con el padre de su hijo y logró que nadie se meta en su mundo privado.
A los 37 años, lleva 33 en la televisión (empezó haciendo comerciales a los 4), en 2002 consiguió su primer Martín Fierro por su personaje en Culpables, y hoy es la figura del programa éxito de la tevé con su rol de Chela en Son Amores. Reconoce que es de las pocas actrices que pueden salir a la calle sin que nadie las moleste, y asegura que la fama no la encandila: "Siempre estuve ocupada en otra cosa", confiesa.
Toscano, ¿cómo hiciste para permanecer 33 años en la televisión y sobrevivir a los escándalos?
-(Sonríe) Es que yo veo la actuación como un reflejo de la vida. Y no soy una mujer escandalosa, en ningún aspecto y en ningún ámbito. Además, creo que los escándalos no son necesarios para tener éxito. Al menos yo, nunca los necesité.Lleva 33 años de carrera (empezó haciendo comerciales a los 4), el año pasado consiguió su primer Martín Fierro (por su personaje en Culpables) y hoy es la figura del programa éxito de la tevé (hace de Chela en Son Amores).
Pese a todo, Gabriela Rosana Toscano (que nació el 25 de octubre de 1965 en Montevideo, Uruguay) tiene un low profile a toda prueba: "Aprendí a cuidar mi intimidad sin dejar de hacer mi vida normal. Yo voy al súper o a un shopping como cualquiera. Si alguien me detiene, que siempre es con mucho respeto, me paro para escucharlo y le doy las gracias. Jamás permitiría que la fama cambie mi rutina", asegura.
-Y de chica, cuando arrancaste en la tele, ¿eras igual?
-Sí, en el colegio era una más: cero acomodo. No me gustaba estudiar, pero cuidaba no llevarme materias ni tener amonestaciones. En el barrio, que me crié en Belgrano, lo mismo: algunos ya me reconocían por la calle, y yo andaba en patines o en bicicleta con mis amigos como si nada.
-Adivino: también me vas a decir que en todos estos años las luces jamás te encandilaron…
-La verdad que no. La fama no me encandila, siempre estuve ocupada en otra cosa.
-¿Ejemplo?
-Ejemplo: en cómo encaminar mejor mi carrera. En no dejarme tentar por el dinero, sino por el prestigio que me pueda dejar el personaje que me ofrecen. Yo cuido mucho esos detalles a la hora de evaluar si acepto o rechazo un trabajo.
-¿Por qué renegás de la fama?
-No reniego de ella, para nada. La acepto, y me gusta. Me gusta mucho estar en un programa popular como éste, me gusta hacerme fotos lindas, me gusta ganarme el Martín Fierro… Pero creo que las dos cosas pueden ir de la mano: podés tener fama o éxito sin hacer alarde.
-¿Tampoco te dejás influenciar por la movida estética? ¿No te tientan las cirugías, las dietas, los tratamientos de belleza como a la mayoría de las stars…?
-Hacerme lolas, que es lo más común a la hora de operarse, por suerte nunca necesité. Con las comidas, trato de cuidarme. Pero soy una inconstante total: empiezo la dieta de las frutas y a la semana me como todo. Me anoto en el gimnasio y a los tres meses abandono. Antes corría, me encantaba, ahora me dedico a comprar plantas: mi nuevo hobby. Con el psicoanálisis lo mismo: hice un tiempo y después lo dejé. Me aburro con mucha facilidad de todo. Soy escorpiana, pero creo que debo tener algún ascendente en Géminis, por mi espíritu cambiante… Por suerte, tengo un trabajo poco rutinario: un año soy la más buena, al otro la más mala. ¿Qué más te puedo contar?

-¿Te cuesta hablar de vos, no?
-Prefiero hablar de mis trabajos…
-¿Tanto te desvela preservar tu intimidad?
-No. Yo no la expongo, pero tampoco la oculto. Todos saben que estoy casada con el padre de mi hijo, el director Carlos Rivas. Que tengo un varón de ocho años, llamado Bruno. Que los fines de semana adoro quedarme en mi casa y, de vez en cuando, acepto ir a cenar a la casa de algún amigo. Soy muy tranqui en ese aspecto. Creo que no doy motivos para que quieran meterse por mi ventana.
-Y si alguien se molestara en espiarte, ¿qué vería?
-A una madre que trata de estar presente aunque trabaje diez horas por día. A una esposa que trata de crecer y de salir a adelante, en un país tan difícil como este, a la par de su marido. Eso es la familia, ¿no? Apoyarte tanto en lo personal como en lo profesional. Nosotros, con Carlos, lo hacemos todo el tiempo.
-¿Y hay una mujer con ganas de ser madre otra vez?
-La verdad es que siempre lo pensé, pero creo que ya me estoy acostumbrando al hijo único. Y encima Bruno no quiere: dice que los hermanos menores molestan.-¿Le pensás hacer caso?-Creo que sí.La Toscano baja la persiana con un largo silencio. Para ella es suficiente. Sin duda, le llegó el momento de ocuparse de otras cosas…
fotos: Santiago Turienzo
producción: Gabriela Díaz.
Asistente: Silvia Santone
peinó: Juan Manuel, para Roberto Giordano
Agradecemos a Verónica de la Canal, Ricky Sarkany y El Rincón del Angel, antigüedades
Fuente : Revista Gente 2003

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